Los primeros años
(1916-1919)
Las obras de esta etapa se caracterizan por una pincelada empastada y con el uso de una gama de colores predominantemente cálida, en la cual resaltan los ocres y tierras. Combina un cuidadoso sintetismo en el dibujo, que delata la maestría de López Mezquita, con una construcción sólida y rica en detalles, que expresa en un lenguaje colorista próximo al de Anglada.
Hizo marinas, paisajes urbanos y rurales. Todos exudan paz, silencio y reposo, probablemente aquello que más apreciaba. “Soy el pintor de la paz” escribe a B. Ferrà. En sus primeros trabajos reproduce la firma que habitualmente utilizaba en los escritos. Poco después sustituyó la forma originaria por el uso de mayúsculas, que disponía en dos líneas y, finalmente, en una sola línea.
Son obras de estos años “Costa mallorquina” (1915), “Deià. Ametlers florits” (1917), óleo con el cual participó en la Exposición Nacional de Madrid y “Iglesia de Deià” (1922).
Paisaje costero, anterior a 1915
Óleo sobre madera, 73 x 69 cm
Colección particular
Costa mallorquina, 1915
Óleo sobre cartón, 33 x 33 cm
Colección particular
Deià. Ametlers florits, 1917
Óleo sobre madera, 114 x 106 cm
Colección particular
Bodegón, 1918
Óleo sobre madera, boceto, 51 x 35 cm
Colección particular