Don Arnaldo Rosenstingl, crítico de arte, amigo de William Edwards Cook, coleccionista y anticuario radicado en el Carrer de la Palla de Barcelona expresó esta opinión sobre Joan Antoni Fuster Valiente a quien había visto pintar en Deià:

“Yo sólo comprendo el arte como una libérrima manifestación de la sensibilidad. Detesto las formas que se convierten en fórmulas y los serviles sometimientos a escuelas y movimientos. Cada artista ha de ser una escuela y el impulsor de un movimiento. Hoy he conocido a Fuster Valiente, un artista, un pintor, cuyos lienzos han dejado en mí una impresión profunda. Le he visto construir un paisaje con un rigor casi matemático y, pese a ello, su obra alcanza el más alto valor poético, emocional y lírico”.

Dicho comentario fue recogido por don Ramón Capdevila en el artículo “Una silla en las Ramblas”, publicado en la Ultima Hora. (sin fecha).